EL ÁRBOL DE MESSI Y SU OTRA “FAMIGLIA”
Analizamos los orígenes de Messi. Sus raíces italianas y la procedencia de su familia de Recanati (Macerata).
Leandro y Alessandro saben que es un sueño imposible, pero como no hay más límite que el cielo, lo espetan sin rubor alguno. “Sería hermoso ver jugar un día a Messi con la Recanatese”. No. No se trata de dos iluminati del calcio moderno a quienes el tórrido sol marchegiano ha calcinado la neurona de la sensatez. Leandro y Ale, tanto monta, lucen el mismo apellido que el pequeño genio rosarino de los eternos siemprevivas, al igual que una decena de habitantes de Recanati, un elegante borgo medieval enclavado en la poco conocida región de Las Marcas, a escasos kilómetros del Adriático.
En el caso concreto de nuestros protagonistas, el vínculo con Lionel Andrés Messi Cuccittini se estrecha tanto que hasta la sangre que riega sus venas procede del mismo tronco, partido en dos mitades hace 125 años y que generó sendas historias paralelas al tiempo que distantes y separadas durante más de una centuria por una inmensa masa de agua. “El tatarabuelo de Leo, Angelo Messi, era hermano del mío, Giovanni. Angelo nació en 1866 y era ocho años menor que Gio. Después de casarse se mudó a otro pueblo cercano, Montefano, antes de tomar la decisión junto a María, su esposa, de emigrar a Argentina. Los dos hermanos trabajaban de sol a sol unos terrenos al pie del castillo de Montefiore, pero lo que ganaban apenas alcanzaba para dar de comer a todos los miembros de la familia”, relata Leandro Messi, curiosamente de la misma edad que Leo.
La dramática existencia de los antepasados de la Pulga en el campo marchegiano, unida a la esperanza de poder disfrutar al otro lado del planeta de una vida digna, empujaron a Angelo y María a seguir la estela de tantos y tantos italianos de baja estofa en los albores del siglo XX. “En 1893 partieron en tren desde Ancona y luego tomaron un barco en el puerto de Génova. Tras más de un mes de travesía, llegaron a Rosario. Nunca más pisaron Italia”.
El analfabetismo de Angelo y Giovanni, un clásico de la época entre las clases más desfavorecidas, y el océano Atlántico provocaron una especie de pequeña muerte en el seno de los Messi: el uno nunca más supo del otro. “Eran pobres y en aquel tiempo no era nada sencillo mantener el contacto. Al teléfono sólo accedían los ricos, pero aún no existían las llamadas transoceánicas. Como tampoco sabían escribir, no hubo manera de que pudieran comunicarse por carta. Recuerdo que de pequeño mi abuelo Aurelio, hijo de Giovanni, me contaba que su padre se preguntaba a menudo qué habría sido de Angelo. Tuvieron que pasar cien años para averiguarlo. Y todo gracias al fútbol”, argumenta con una sonrisa cómplice Leandro, el verdadero causante de que hoy su afamado primo sepa a ciencia cierta dónde están sus raíces europeas.
Un artículo escrito, allá por 2005, en el diario municipal por el alcalde-periodista de Recanati, Francesco Fiordomo, sobre el posible origen marchegiano del entonces joven prodigio azulgrana, animó a este reputado artesano de la madera a reconstruir el árbol genealógico de su familia. “Cuadrar la rama italiana fue relativamente fácil. Lo realmente complicado fue rearmar la parte argentina de nuestra familia. En eso me ayudó un periodista costarricense. Encontramos una declaración de Angelo Messi en un archivo sobre inmigrantes. Decía que era italiano. Gracias a eso descubrimos que viajó a Rosario desde Génova, haciendo curiosamente escala en Barcelona. Conseguimos seguir su rastro en Argentina y finalmente acabamos llegando hasta el papá de Messi, Jorge. Es decir, que Leo y yo somos primos de tercer o cuarto grado”.
Alessandro, mientras, asiente con la cabeza. A sus 40 años, este ex mediocampista a lo Gattuso de la Recanatese (Serie D) se gana la vida cortando tableros de madera a medida para sus clientes en el Brico Io, la mayor cadena de bricolaje ligero del país. Ale no se lo ha currado tanto como Leandro, pero su familia también guarda relación con el tatarabuelo emigrante del cinco veces Balón de Oro. “Yo soy de otra rama de la familia. Aquí Messi es un apellido relativamente común. En la guía telefónica local, por ejemplo, encuentras 10 ó 12″, apunta este pariente juventino de Lionel, aún caliente por lo acaecido hace bien poquito en el Bernabéu.
Los dos lamentan que este descubrimiento sobre el pasado del crack azulgrana llegara tiempo después de que el papá de Lionel anduviera por la zona buscando, sin suerte, respuestas a sus presuntos ascendentes marchegianos. “Jorge vino en 2004 a Fabriano -78 kilómetros al sur de Recanati– porque su hijo necesitaba el pasaporte comunitario, pero allí no encontró ninguna conexión familiar directa. Fue una verdadera pena porque, de haber contado entonces con toda esta información, Leo tendría hoy pasaporte italiano, no español”.
Recanati será albiceleste
Eso no es óbice para que en la coqueta villa que vio nacer a Giacomo Leopardi, el poeta más grande de Italia, no haya uno solo de sus 22.000 habitantes que no tenga claro a qué selección animarán en Rusia. “Obvio que a Argentina. Esta vez resulta más fácil porque Italia no estará en el Mundial, pero la verdad es que aquí la gente siente que Leo es uno de los nuestros. Así que si hubiera un Italia-Argentina en Rusia, que no será el caso, creo que aquí en Recanati todo el mundo apoyaría igual al equipo de Messi”, afirma convencido un Alessandro a quien, dicho sea de paso, le haría inmensamente feliz que su pariente del otro lado del Atlántico se llegara a calzar en algún momento la elástica de la Vieja Dama. “No creo que vaya a darse porque se siente muy identificado con el Barça y seguramente antes se iría a Inglaterra con Guardiola. Pero para nosotros sería algo fantástico poder disfrutarlo en el Calcio”.
Lo que todavía no han logrado, ni el uno ni el otro, es que La Pulga se deje ver el pelo por Las Marcas, aunque sólo sea para degustar sus exquisitos vincisgrassi, ergo, los canelones del terruño. “Yo llegué a hablar con su hermana pequeña cuando aún vivían en Rosario. Con Lio lo he intentado varias veces, pero sin suerte. Hasta el presidente de la región, Gian Mario Spacca, le invitó a la Festa delle Marche, que se celebra cada 10 de diciembre en San Benedetto del Tronto, pero nada. La verdad es que me encantaría conocerle en persona, estrecharle la mano y hablarle de nuestra tierra”, confiesa Leandro antes de añadir que el comune -ayuntamiento- de Recanati le ha destinado un lugar especial en el Museo de la Emigración Marchegiana, inaugurado hace cinco años para rendir tributo a las más de 700.000 personas nacidas en la región que se han visto obligadas a buscarse la vida lejos de sus orígenes a lo largo de los tres últimos siglos. “Ojalá Lionel gane el Mundial y de regreso venga a celebrarlo aquí con unos buenos ‘vincisgrassi’. Le volverán loco. Esta es su casa”, remata risueño Alessandro.
- Fuente: Diario Marca (España)
- Autor: David Ruiz
- Fecha: 29/04/2018
- Nota A4