LA CARLOTA / “CONOCER SITUACIONES DE LOS ANTEPASADOS PUEDE AYUDAR A SANAR ASPECTOS DEL PRESENTE”

Lo aseguró el padre Ariel Príncipi al referirse a la denominada curación intergeneracional. A pesar de que mucha gente ignora los orígenes de su familia, el sacerdote manifestó que hay tendencias que suelen repetirse.

Aunque hay personas que no tienen ni el más mínimo registro de los que fueron sus antepasados, hay experiencias que demuestran que es importante conocer más sobre los orígenes de cada uno para intentar resolver situaciones del presente. Así lo aseguró el padre Ariel Príncipi, párroco de La Carlota. En diálogo con Puntal, el sacerdote de la Diócesis de Río Cuarto habló de la denominada curación intergeneracional y repasó algunas experiencias que conoció de primera mano.

“Es una gracia de Dios conocer situaciones de los antepasados para poder restaurar, sanar y liberar aspectos del presente que pueden estar condicionados por situaciones dolorosas del pasado”, enfatizó Príncipi.

-Sin embargo, vivimos un momento en el que a muchas personas no les interesa saber nada sobre sus antepasados…

-El papa Francisco rescata el tema de la memoria de los pueblos. Es decir, la memoria de los pueblos debe ser honrada por un gesto de caridad, pero también debe ser honrada para poder vivir con intensidad el presente y proyectarse con esperanza al futuro. Debemos ver si del pasado sacamos una enseñanza, tanto de lo positivo como de lo negativo que pueda haber vivido algún familiar antepasado. Lo mismo pasa con la pandemia: podemos salir con más fortalezas o con más flaquezas, si es que no aprendemos de la cruda realidad que nos toca vivir. En el caso de las familias, hay algunas que han vivido situaciones muy traumáticas y dolorosas que se han ido repitiendo en distintas generaciones. De eso también tenemos que aprender y, los que somos cristianos, rezar para que el Señor nos muestre el camino de sanación y liberación de esas realidades que pueden afectar mucho nuestro presente.

-¿Todos los males que puede vivir una persona en el presente pueden encontrar algún tipo de antecedente en sus antepasados?

-Hay que tener claro que nosotros no heredamos los pecados de nuestros antepasados. De ser así, viviríamos agobiados. Lo que sí ocurre, y muchos no lo entienden, es que heredamos tendencias y comportamientos que vamos asumiendo en el diario caminar. Muchas veces escuchamos decir “tal persona es igual a su papá” y, a lo mejor, sería bueno que no fuese así, porque quizás se compara a alguien del presente con una persona desagradable del pasado. Así como asimilamos comportamientos desde niños viendo a nuestros padres y abuelos y repetimos lo que vemos, esa repetición también se da a nivel inconsciente colectivo generacional. De esta manera, por ejemplo, si mi abuelo vivió una gran angustia al tener que dejar su tierra natal, esa angustia puede ser transmitida a otras generaciones en situaciones de alergia o problemas de garganta. Tengo una familia conocida que hizo un proceso de sanación del árbol familiar. En la oración, esa familia pudo experimentar la gran angustia que vivió un bisabuelo al dejar atrás su tierra. Esa familia tuvo una moción interior y vio la angustia de su antepasado al tomar el barco. Esa angustia se transmitió por tres generaciones. Esa familia tuvo varias personas con enfermedades de garganta. Enfermedades cuya raíz no pudo ser determinada por ningún médico. Cuando uno de los integrantes de la familia empezó a orar, toda la familia comenzó a experimentar el hecho de ya no enfermarse de la garganta. Se empezaron a sentir mejor. En este caso, se oró por la tristeza generacional y fueron liberados.

-¿Cómo uno puede detectar que su problema o el de su familia tiene que ver con una situación de sus antepasados?

-Lo puede detectar recordando situaciones familiares o averiguando lo que se comentaba en la familia sobre algún tema o alguna persona. Es decir, se puede detectar, por ejemplo, cuando algo no encaja. Eso puede darse entre las personas que no encaran el tema desde la parte religiosa, es decir, desde la oración. En cambio, cuando en la familia hay una persona orante, ofrece misas por los difuntos y por las familias y allí comienza a obtener datos que se van dando de manera espontánea y providencial.

-¿Alguien que no tiene fe puede encarar el proceso?

-Sí, cualquiera puede encarar el proceso. De todas maneras, yo puedo hablar como sacerdote, en base a experiencias que tuve en lo personal y también en lo comunitario. Cuando este tema se encara desde la fe, los frutos que se obtienen son más grandes porque actúa la gracia de Cristo. He escuchado y tengo conocimiento de que las personas que han orado han tenido más sanaciones a la vista. Para aquellos que no encaran el tema desde la fe, resolver los inconvenientes puede resultarles más difícil.

-Entonces, es fundamental guardar datos y documentos que tengan que ver con nuestros antepasados…

-Sí, es importante conocer y guardar datos y padecimientos de las familias. En 30 años he escuchado que muchas familias rastrean información de sus antepasados. Algunas lo hacen para tramitar la ciudadanía de algún país, pero otras quieren tener su árbol genealógico. Eso marca la necesidad de conservar la memoria de la familia.

-¿Cuáles serían los datos fundamentales a considerar?

-No hay un catálogo, pero sí puede haber algunos hechos que hayan marcado a las generaciones en el dolor. Por ejemplo, el abuelo y el hijo murieron de una desgracia o dos integrantes de la familia fallecieron el mismo día con años de diferencia. Es decir, situaciones poco comunes que llaman la atención.

Finalmente, el padre Príncipi indicó que los que estén interesados en profundizar sobre el tema pueden recurrir a un libro que se llama “Curación intergeneracional”, cuyo autor es el sacerdote Roberto De Grandis.

  • Fuente: Puntal Villa María (Córdoba)
  • Autor: Nicolás Cheetham
  • Fecha: 05/07/2020
  • Nota C11

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