El escritor Rodrigo Costoya es el autor de “Portosanto”, una novela histórica que defiende la teoría del origen gallego de Colón.

Cristóbal Colón se llamaba en realidad Cristóbal Pedro Fernández Eanes, más conocido en su época por Pedro Madruga, fue el conde de Soutomaior, nació en la pequeña aldea de Portosanto, en Poio (Pontevedra), simuló su muerte e ingenió una nueva identidad pactada, tras un acuerdo secreto con los Reyes Católicos, para poder iniciar el viaje más importante de la historia. Un personaje con una doble vida, que hoy tiene en su casa natal un museo prácticamente desconocido para los españoles.

Estas son algunas de las conclusiones de la primera novela histórica de Rodrigo Costoya (Torrelavega, 1977) titulada Portosanto, que pertenece a una trilogía, que ya tiene su segunda obra en las librerías, El custodio de los Libros, con la que acaba de ganar el IX certamen internacional de novela histórica de Úbeda (Jaén), premio que recibe este fin de semana.

Desde hace unos días, el novelista afincado en Compostela, que ha escrito originalmente las tres novelas en gallego, ha ofrecido varios coloquios en los que resuelve algunas de las numerosas incógnitas sobre la figura del descubridor universal y explica muchos enigmas que revelan, sin duda para el escritor, que Colón no era un comerciante genovés como se cree, sino un poderoso noble bastardo, nacido en Galicia, que recibió una exquisita formación y que demostró sus grandes dotes de persuasión política logrando realizar la expedición que puso fin a la Edad Media.

“Hay que atar cabos para darse cuenta de que Colón necesariamente tenía que ser gallego, porque era el idioma que hablaba y utilizaba o por los topónimos que puso en los lugares que descubrió. No es hasta finales del siglo XIX cuando se revela la tesis de que tenía que ser gallego, como un primer paso; en los años setenta otro historiador, aún vivo, Alfonso Philippot, postuló que Colón es en realidad Pedro Madruga, demostrado con indicios demoledores, y ahí es donde encontramos el final de ese camino”, afirma el escritor.

Pero ¿por qué Pedro Madruga tiene que encarnarse en Cristóbal Colón? “Se había metido en un camino sin salida porque este personaje apoyó la opción de Juana, y el rey de Portugal, en la guerra por la sucesión de la Corona de Castilla y la perdieron; además, una traición de su hijo mayor, Álvaro, y una jugada estratégica urdida por Fernando el Católico y Fonseca que lo desposeyeron de todo su señorío. La única forma de conservar su poder era llegar a un trato con la Corona, dándole algo a los Reyes Católicos que no podían rechazar”.

Costoya trata de plasmas en su obra las pruebas variadas que le han llevado a sostener esta teoría. “La firma de Colón era un enigma hasta que el historiador Alfonso Philippot logró descifrarla y es una pieza clave, ya que incluye las iniciales de su árbol genealógico. Y hablando de genealogía, en 1796, el Duque de Veragua -el actual se llama Cristóbal Colón de Carvajal-, único descendiente directo reconocido de Cristóbal Colón, vendió una finca en la aldea de Portosanto y se conserva el acta notarial de esa compraventa; resulta curioso que a escasos metros de esa finca la tradición oral de la zona afirme que “En esa casa nació el descubridor de las Américas". ¿Quién se inventa eso?”

Descarta que todo sea una casualidad y pone sobre la mesa la cantidad de datos que, en su opinión, ratifican su teoría. “Acepto que una casualidad se considere así. Pero veinte casualidades que apuntan en una misma dirección son una evidencia; en este caso, no es una, ni dos, ni diez, ni veinte, realmente estamos ante una batería de descubrimientos tan demoledores que ningún historiador puede negar al menos que sea gallego porque es irrefutable. Entre todas las demás teorías no reúnen ni una quinta parte de los indicios que tiene la gallega”.

• Fuente: La Región (España)
• Fecha: 14/11/2020
• Nota I18

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