A 150 AÑOS DEL PRIMER CENSO NACIONAL / “OCUPACIÓN: POBRE”, LAS INSÓLITAS RESPUESTAS DEL CENSO ARGENTINO DE 1869

“Ocupación: pobre; oficio: mendiga; hijos ilegítimos: cuatro…” estas son algunas de las respuestas que dieron hace 150 años en la Argentina los habitantes que respondieron el primer censo nacional, que cumplió un siglo y medio de vida el domingo, y cuyas consultas y respuestas sorprenderían en la actualidad.

El Archivo General de la Nación (AGN) conserva intactos los 462 libros manuscritos que se utilizaron para el censo. Con ellos se puede hacer un viaje en el tiempo hacia aquella Nación, que pensó esa primera medición para sus 14 provincias con la cabeza puesta en un proceso de industrialización y expansión. El resultado, que se difundió tres años después, determinó que había 1.877.490 habitantes, incluidos los argentinos en el exterior y los integrantes del Ejército nacional que intervino en la Guerra de la Triple Alianza.

Más allá de los años que pasaron desde aquel primer censo, lo primero que sorprende es que fue uno de los únicos dos en los que se conservan los datos nominales de cada persona que fue registrada. También figura allí cuál era su nacionalidad, estado civil, si sabían leer y escribir y si padecían alguna enfermedad.

Fue el primer censo planificado por el país independiente y a escala nacional. Entraba todo el territorio argentino, o al menos el territorio de lo que era la Argentina en ese momento, que era muy distinto al territorio actual. No estaban aún delimitadas ni las fronteras exteriores ni la división política interna de las provincias”, dijo a LA NACION Graciela Swiderski, la jefa del Departamento de Escritos y Biblioteca del AGN, mientras hojeaba uno de los manuscritos que se conservan con sumo cuidado, para evitar el daño del paso del tiempo.

Hace 150 años, entre el miércoles 15 y el viernes 17 de septiembre, se hizo el “Primer Censo de la República Argentina”. Para tamaña misión se necesitaron 15 comisarios, 283 comisiones, 700 comisionados y 3.045 empadronadores que fueron casa por casa en 180 ciudades, villas, pueblos y aldeas.

“En el momento que se hace el primer censo de población estaban las 14 provincias históricas y aparece después otra categoría de estado subnacional. Por un lado, entonces, tenemos las provincias históricas. Y después de 1869 aparece la segunda categoría: los territorios nacionales. Estos eran una especie de provincias embrionarias, que debían hacer una serie de deberes para convertirse en provincia. Podía ser porque tenía poca población o desarrollo económico. A ésas las debía ayudar el Estado nacional para llegar a ser provincias. Incluso no podían elegir a sus autoridades”, dijo Swiderski, y recordó el caso de la Patagonia y Chaco, que luego se subdividieron para hacerlas más manejables.

“Este censo, lo que tiene de peculiar, al igual que el de 1895, es que va a conservar las cédulas nominales, es decir que aparecen identificados los nombres de cada una de las personas que participaron. Del resto, solo sobreviven los datos por la vigencia del secreto estadístico”, explicó Swiderski, y contó que algunas personas suelen recurrir a consultar las versiones escaneadas de los documentos en busca de antepasados, para conocer su origen y reconstruir su árbol genealógico.

Tres años después, con la firma de Diego de la Fuente, se presentó el documento completo del censo en el que, no solo se exponían los datos obtenidos, sino que se los comparaba con otros países de la región y el mundo. Incluso, se proyectaba cuál llegaría a ser la población del país para 2069: 90 millones de personas.

Aunque la inmigración no había llegado a su punto máximo en la Argentina, los primeros rastros ya eran tangibles en aquel censo que mostraba que había más hombres que mujeres en el país: 897.780 varones y 845.572 mujeres. Había 151.987 extranjeros de sexo masculino y solo 60.005 de sexo femenino. “Al Estado le interesaba conocer los inmigrantes que había, dónde estaban radicados. Es el primer censo en el cual la Argentina ya estaba unificada”, recordó Swiderski, que consideró al 17 de septiembre de 1861 como una fecha clave porque se consigue unificar el país. Al año siguiente Bartolomé Mitre sería el primer presidente de la Argentina unida y se comenzaría a pensar en un censo que se llevaría adelante durante la presidencia de su sucesor, Domingo Faustino Sarmiento.

Del total de extranjeros que habitaban la Argentina hace 150 años, los italianos eran los más numerosos con 71.442 personas, seguidos por los españoles, que eran 34.080 y los franceses, con 32.383. Recién en el cuarto lugar aparecían inmigrantes del continente: los “orientales” (uruguayos), que llegaban a 15.206, luego los chilenos con 10.911 y los bolivianos con 6.200.

“Otro dato llamativo eran las cosas que se preguntaban. Interpretando esos datos se puede establecer cuáles eran las prioridades que tenía el Estado para definir las políticas. Si no conozco el sujeto, no puedo saber qué política puedo aplicar”, explicó Swiderski, y agregó: “Por eso se necesitaba saber sobre determinadas enfermedades. Eso permitía saber si la persona era capaz para determinados trabajos. En ese momento, la Argentina era un país que comenzaba, tímidamente, un proceso de expansión. Necesitaba desesperadamente mano de obra y la población era escasa”.

En el documento del censo se detallaron las diez profesiones más comunes entre los hombres. Allí los militares eran mayoría, con 9.602 personas, lo seguían los agricultores, con 8.653 y tercero estaban los profesores, preceptores y maestros, que sumaban 2.307.

La lista la continuaban con los mineros, con 1781; los curanderos sumaban 1.047 y eran más del doble que los médicos, que llegaban a los 458. Los abogados eran 439, los agrimensores 240, los ingenieros 194 y los arquitectos tan solo 70.

En el caso de las profesiones de las mujeres, el detalle no era tan exhaustivo y solo enumeraban que eran 140 mil las que tenían algunos de estos oficios: costureras, lavanderas, tejedoras, planchadoras, cigarreras y amasadoras. “.tenemos que la mitad de la población mujeril adulta, espera con incertidumbre el sustento de jornal, muchas veces difícil y precario”, se lee en la página 40 del resumen del censo.

El rubro prostitución tenía un apartado propio. “Solo 361 individuos, de ambos sexos, han confesado la prostitución como medio de vida. Preciso es decirlo: semejante cifra es enormemente deficiente: pero acusa con elocuencia la verdadera. Cuando 361 individuos han confesado hacer de rufianes y de prostitutas, ya puede creerse que el número real es, por lo menos, diez veces mayor”, dice textual en la página 42 y 43 del censo que está disponible en la web del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).

Otros datos del primer censo

360.683 personas sabían leer
312.011 personas sabían escribir
54.760 casas eran de azotea y teja
207.673 casas eran de madera, caña y paja
87 varones tenían más de 100 años de edad
147 mujeres tenían más de 100 años de edad

  • Fuente: Diario La Nación (Buenos Aires)
  • Autor: José María Costa
  • Fecha: 16/09/2019
  • Nota A8

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