ENTRE RÍOS / LOS CEMENTERIOS, ESOS ESPACIOS DE LA MEMORIA DE LOS PUEBLOS

Cementerio de Villaguay (Entre Ríos). Imagen de Julio Blanco publicada por el Mirador Provincial.

Sea que se trate de grandes necrópolis o de campos santos en áreas rurales, los cementerios guardan tesoros de nuestra historia como individuos y como comunidad. En ellos pueden leerse las distintas etapas cronológicas, los diversos estratos sociales, los roles y la posición que ocuparon en la sociedad, instituciones y vecinos a través de sus monumentos funerarios.

Primeros tiempos, territorio de la Iglesia: durante el período de Inserción en el espacio tardo-colonial rioplatense (fines S. XVII – inicios S. XIX), las inhumaciones eran una actividad autorizada y propiciada por la iglesia, ya que era usual, por derecho canónico, que los difuntos se enterrasen en un terreno anexo a la parroquia o dentro del mismo templo. La primera medida tendiente a modificar esta tradición llegó de la mano del obispo de Buenos Aires, cuando en 1805 visitó Paraná en gira pastoral y dispuso la fundación de un cementerio. Hacia 1821 fue el Supremo Entrerriano quien estableció que en la República de Entre Ríos quedaba prohibido el entierro en las iglesias.

En 1824, mediante Ley provincial, se dispuso que los cementerios debían ubicarse a una distancia de las poblaciones que no perjudique la salud de los habitantes. Así, al año siguiente, el cura de la iglesia de Paraná, resolvió construir una capilla vecinal en el barrio Oeste, bajo la advocación de la Santísima Trinidad y en torno a ella se organizó el nuevo cementerio, distante (en aquel momento) de la plaza principal y recostado sobre la margen del arroyo Antoñico.

En Gualeguay, la norma se cumplió hacia 1847 con la realización de la capilla del Cementerio auspiciada por el Gral. Urquiza; mientras en Concordia lo que hoy se conoce como Cementerio Viejo o Cementerio de los Fundadores fue realizado entre 1850 y 1852; en tanto Victoria inaugura su necrópolis en 1863.

Bajo administración del Estado

Durante un largo período los cementerios fueron administrados por la iglesia, pero desde 1860 el poder público, comprometido con atraer inmigrantes de diversas nacionalidades y credos, comenzó a tener injerencia en ellos para atender la situación de los practicantes de otras religiones a los cuales no les estaba permitido inhumar a sus difuntos en el cementerio de la ciudad. Así mediante un decreto se impone la administración del cementerio de Concepción del Uruguay bajo la autoridad policial, para que recaude los derechos de sepultura, sin perjuicio de lo que correspondiere al párroco. Poco después estas disposiciones regirán para toda la provincia. En 1863 y a raíz de una sugerencia del gobierno nacional, el ministro Manuel Leiva ordena “que se construyan a la parte de afuera de los cementerios católicos un pequeño cercado con puerta separada, donde sean sepultados los cadáveres de los individuos de creencias diferentes…”

De esta manera hacia 1864, por Ley Provincial, se definió que mientras no estén establecidas las municipalidades, la administración y gobierno de los cementerios estaría a cargo de la Provincia, pero el traspaso definitivo se produjo en 1885, en cumplimiento de lo establecido por la Constitución de 1883.

A partir de este momento, se facilitará la construcción de cementerios diferenciados por credo.

Localización y diseño

Intensificadas las medidas higienistas y de ordenamiento urbano hacia las últimas décadas del Siglo XIX, los cementerios se instalaron distantes del área habitada, pero el crecimiento poblacional acelerado dejó a la mayoría en las proximidades del centro, demandó ampliaciones y mejoras que al no poder practicarse en el lugar, definieron su traslado. De allí surgieron las denominaciones para referirse a uno u otro como Cementerio Viejo y Cementerio Nuevo. Ejemplo de esto es El Edén, de Concordia, fundado en 1897 para reemplazar, en un espacio de ocho manzanas, los servicios que prestaba el viejo en una sola.

En cuanto al trazado, presenta características similares al de la ciudad, organizado a través de calles y avenidas que se cortan de forma ortogonal, a veces con diagonales. Allí se disponen los panteones tanto de familias como de instituciones, mientras el perímetro se consolida con galerías de nichos, dejándose hacia el fondo el espacio de las tumbas en tierra identificadas mediante cruces. La arboleda, frecuentemente de cipreses y la disposición regular de asientos, remite a la idea de cementerio como parque. Respecto a la arquitectura, se exhiben diversidad de formas conforme al gusto y poder adquisitivo del o los homenajeados con repertorios lingüísticos de acuerdo con las modas vigentes. Así son comunes las columnas truncas, escuadra y compás, reloj de arena alado, símbolos distintivos de la masonería, aplicados como ornamento en panteones de orden clásico; también están presente las formas del art Nouveau, o las almenas típicas de las murallas medievales. Muchas de estas obras llevan impresa la firma de su arquitecto e incluso del artesano frentista. Las similitudes que se presentan entre obras de diversas ciudades responden a que frecuentemente sus piezas eran encargadas por catálogo, eligiéndose vitrales, herrería, revestimientos y ornamentaciones que, provenientes de Europa, llegaban dentro de un embalaje para ser ensambladas localmente.

Los tesoros artísticos

Adosados a la arquitectura o exentos sobre pedestales, son frecuentes las esculturas que escenifican el dolor de la pérdida. Otros objetos artísticos son las placas conmemorativas tanto de mármol como metálicas, utilizadas como soporte gráfico para sintetizar la vida del difunto y la promesa del más allá.

Obras singulares de artistas reconocidos son: en Concordia el mural “La Despedida” de Quinquela Martín y en Colón el monumento realizado por Luis Perlotti para el mausoleo del Gobernador Herminio Quirós.

Colonias y aldeas

Al tratarse de propuestas de colonización previamente planificadas, así como se adjudicó a cada colono la tierra de labranza y de vivienda, estaba previsto el sitio de instalación del cementerio como parte del conjunto.

Los casos por explorar

La reciente excavación realizada en el departamento Villaguay para estudiar los restos del Cementerio de los Manecos abre nuevos interrogantes sobre lo que aún nos queda por descubrir tanto de la cultura afro como de los pueblos originarios.


  • Fuente: Mirador Provincial (Entre Ríos)
  • Autor: Mariana Melhem
  • Fecha: 31/01/2021
  • Nota A27

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